El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) fue identificado por primera vez a principios del siglo XX. Los síntomas del síndrome no son iguales para todas las personas. La hiperactividad suele ser más alta en los niños que en los adultos.

El TDAH puede dividirse en tres tipos:

Falta de atención: incapacidad para mantener la atención y concentrarse en la tarea.

Hiperactividad: aumento de la actividad o inactividad.

Impulsividad: actuar sin pensar.

 

A menudo, los tres tipos se presentan en combinación.

 

En el caso del síndrome de TDAH, un diagnóstico oportuno es crucial para comprender que el comportamiento del niño está relacionado con su incapacidad para concentrarse y no con impertinencia o falta de educación. Es muy importante consultar a especialistas: psicólogos, psiquiatras, médicos.

 

Actualmente, no se ha descubierto exactamente por qué algunas personas tienen el síndrome de TDAH, aunque algunas posibles razones son lesiones en la cabeza, periodos prenatales complicados, consumo de alcohol, drogas, tabaco, toxinas ambientales, estrés elevado, nacimiento prematuro, predisposición genética, experiencias traumáticas, etc.

 

Al evaluar cada caso individualmente, es posible aplicar el tratamiento adecuado que ayude en el caso del TDAH (si es recomendado por especialistas y la familia lo acepta).

 

Tipos de TDAH:

 

• Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (con actividad)

 

Los signos de TDAH son fáciles de observar porque la persona es activa en su comportamiento. Durante el proceso de aprendizaje, el maestro/a suele reprender a estos niños, pidiéndoles con frecuencia que mantengan el orden y el silencio.

TDAH con signos de actividad:

1)    Muchos errores descuidados.

2)    Dificultad para mantener la atención durante mucho tiempo.

3)    Durante la conversación, parece que escucha todo lo que sucede a su alrededor, se distrae.

4)    No completa la tarea o la termina de manera descuidada.

5)    Se mueve constantemente, agita piernas y brazos, está inquieto.

6)    Le gusta el riesgo, está interesado en todo lo nuevo, desconocido.

7)    No reconoce sus errores, busca al culpable en otras personas.

8)    Aprende lentamente de sus errores.

9)    Habla mucho, interrumpe a los demás.

• Síndrome de déficit de atención sin hiperactividad (sin actividad)

 

Los signos de SDHS son difíciles de observar porque no hay una actividad notable. A estas personas se les llama "soñadores". No causan dificultades a los maestros durante las lecciones, ya que el niño no interrumpe.

Síntomas de SDHD sin actividad:

1)    Dificultad para mantener la atención en un objeto.

2)    Dificultad para organizar tareas diarias, seguir un plan.

3)    Pequeños estímulos distraen.

4)    A menudo juega con el borde de la ropa, el cabello, los dedos.

5)    Pierde sus pertenencias personales.

6)    Olvida los acuerdos.

7)    A veces parece que el niño no te escucha, como si estuviera en otro mundo.

8)    Experimenta reproches profundamente, a menudo está triste.

9)    Se mete en situaciones desagradables más a menudo que los demás.

10) Mala caligrafía notable.

11) Lee la información lentamente.

12) Bajas habilidades sociales, no muchos amigos.

13) Siente que todo es culpa suya, tiene un sentimiento de inferioridad.

14) El niño es bastante tranquilo, le gusta tomar la posición de observador.

15) En general, personas educadas, sinceras, con mentalidad social y creativas.

          

Facilitación en el proceso de aprendizaje:

  1. Antes de hacer una solicitud, hacer contacto visual para que el niño pueda escuchar al adulto.
  2. Aprender a evitar disputas y conflictos fuertes.
  3. Buscar un compromiso, acordar el resultado deseado.
  4. Evitar comparaciones.
  5. Brindar apoyo en momentos de dificultad.
  6. Hablar sobre emociones, enseñar a reconocerlas: ira, miedo, culpa, etc.
  7. Profundizar en las dificultades del niño, no buscar culpables, sino soluciones.
  8. Expresar amor, crear contacto emocional.
  9. Fomentar, fortalecer la autoconfianza.
  10. No usar la recompensa por el buen comportamiento del niño.
  11. Dar ejemplo de comportamiento correcto.
  12. Garantizar silencio y paz durante el proceso de aprendizaje.
  13. Dar instrucciones cortas, fáciles de entender y muy específicas.
  14. Dar más tiempo para la lectura, escritura y otras actividades.
  15. Esperar pacientemente cuando el niño formule claramente su pensamiento.
  16. Reducir la cantidad de tareas.
  17. Elogiar los logros.
  18. Reducir el ruido, el número de personas cercanas.
  19. Durante el proceso de aprendizaje, permitir que estos niños se muevan.
  20. Darles tareas en las que sean buenos y que les brinden alegría.

Enlaces de literatura científica

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