El síndrome de Tourette (ST) se define como un trastorno neurológico y sus síntomas incluyen tics, tics verbales y sonidos repetitivos. El ST suele comenzar en la infancia y puede persistir a lo largo de la vida. Es más común en varones y se cree que los factores genéticos pueden desempeñar un papel. Los tics son uno de los síntomas más comunes del ST. Se definen como tensiones musculares o movimientos musculares involuntarios y pueden adoptar diversas formas, como parpadeos, fruncir el ceño, hacer gestos faciales, movimientos de cuello o hombros. Los tics verbales son cuando algunas personas emiten sonidos sin sentido, como repetir palabras o frases, toser o aclarar la garganta. Aunque no se conoce exactamente la causa del ST, se asocia con una actividad anormal en ciertas áreas del cerebro. Un desequilibrio en el cerebro de sustancias químicas como la dopamina, serotonina y norepinefrina también puede contribuir a los síntomas del ST. Por lo general, el ST no requiere tratamiento, pero los síntomas se pueden tratar y controlar. Existe una variedad de opciones de tratamiento, que incluyen terapia conductual, medicación y grupos de apoyo. La terapia conductual puede ayudar a reducir los síntomas y controlar los tics. La medicación puede aliviar los síntomas y ayudar con los tics. Además, los grupos de apoyo pueden ayudar a conectar a personas con ST y a sus familias, y a lidiar con los desafíos cotidianos. El ST puede variar de una persona a otra en cuanto a la gravedad y frecuencia de los síntomas. Algunas personas pueden manejar los síntomas sin necesidad de tratamiento, pero para otros, los síntomas pueden afectar negativamente la calidad de vida. El ST puede ser particularmente desafiante para los niños y puede causar dificultades en la escuela, en las amistades u otros entornos sociales. El síndrome de Tourette se define como un trastorno neurológico y sus síntomas incluyen tics, tics verbales y sonidos repetitivos. Aunque la causa exacta del ST es desconocida, se cree que los factores genéticos pueden jugar un papel. No existe una cura para el ST, pero los síntomas pueden gestionarse y las opciones de tratamiento incluyen terapia conductual, medicación y grupos de apoyo. Los síntomas de cada persona pueden ser diferentes y los médicos decidirán si necesitan tratamiento. Los síntomas no tratados pueden causar dificultades en la vida diaria, pero las personas con ST han desarrollado muchas estrategias para hacer frente a los síntomas. Los grupos de apoyo también pueden ayudar a las personas con ST y a sus familias a conectarse y apoyarse mutuamente.